LOS ESPACIOS
  • El espacio sensoriomotor
  • El espacio afectivo
  • El espacio de la distanciación














En cada uno de estos espacios hay unas características dominantes: las actividades sensoriomotrices en el espacio sensoriomotriz, el juego simbólico en el espacio afectivo y el juego de construcciones en el espacio de distanciación.

No obstante, a pesar de la especificidad de cada espacio, existe una proyección de estas características de un lugar a otro.

El espacio sensoriomotor

La creación de este espacio está pensada en función de dos objetivos fundamentales:

  • Vivenciar el placer del movimiento a través de una actividad motriz espontánea.
  • La formación de la imagen corporal y de la identidad.

El primer objetivo consiste en ofrecer un espacio donde puede vivir el placer del movimiento en sí. En este espacio los objetos son utilizados dinámicamente como referencia para la actividad motriz espontánea.

El segundo objetivo pretende resaltar el papel esencial que tiene la formación de la imagen en el desarrollo del niño y en su relación con el mundo.

Las condiciones materiales que son necesarias en la sala de psicomotricidad para que aparezca el juego sensoriomotor vienen determinadas por la presencia de un amplio espacio y por la variedad de objetos que encontramos en ella: bancos, cuerdas, telas, balones, módulos de goma espuma de diferntes formas y tamaños, aros, zancos, construcciones. Todo ello permite vivir una serie de actividades sin riesgo y sin límite que conducen al placer sensorio-motor.

El espacio afectivo

Este espacio es denominado tambien espacio del juego simbólico, puesto que es donde el niño nos manifiesta la expresión de su yo más profundo.

En este espacio puede disfrazarse, vivir personajes de la vida familiar, puede vivir una serie de roles que le ayudan a superar el sistema de normas y de conflictos que le impone el adulto.

Los objetos son investidos por los niños de diferentes formas pero siempre proyectan sobre ellos sus representacones mentales: los cojines son caballos, coches, mesas, camas, casas... Asimismo, proyectan sobre los objetos pulsiones de amor, agresión y destrucción y en esta utilización simbólica y emocional del objeto, los parámetros físicos (color, forma, tamaño...) no son considerados conscientemente por el niño.

El espacio de la distanciación



En este espacio de distanciamiento se realizan actividades encaminadas a la toma de distancia de sus vivencias emocionales. Los juegos de construcciones exigen la representación y el alejamiento de la proyección personal de la emoción. Este espacio favorece el acceso al pensamiento operatorio en la medida, en que el niño se queda en el exterior de la construcción y es capaz de hablar sobre ella según sus parámetros cognitivos.









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